Programa Adscrito a la Secretaría General Iberoamericana (SEGIB)

Foro de la Red de Recursos Humanos

Martes, 24 Mayo de 2011


Si las personas somos lo más importante para nuestras organizaciones, ¿por qué somos siempre los primeros en tener que soportar las consecuencias de las crisis?


Con demasiada frecuencia el mundo de los recursos humanos, como el de cualquier otra realidad social, se llena de tópicos que son aceptados sin rechistar, ni reflexionar sobre su verdadera dimensión ni sobre sus consecuencias. No es necesario poner muchos ejemplos, porque están en nuestra realidad diaria, pero por citar alguno, ¿acaso no está comúnmente aceptado en el mundo de los recursos humanos que el principal factor motivador es el dinero? ¿O que para alcanzar un resultado determinado primero hemos de diagnosticar la realidad? ¿O que sin planificación el resultado que logramos no suele ser el deseado? ¿O que seleccionar a los mejores conlleva casi siempre pagar más y mejor?

Pero éstos, al igual que otros muchos fundamentos de cualquier rama del conocimiento, son aceptados sin más hasta el momento en que se ponen en discusión y se analiza su contenido y no siempre superan con éxito este análisis crítico.

Os queremos proponer una reflexión sobre una de esas afirmaciones _ldquo tópicas_rdquo : LO MÁS IMPORTANTE SON LAS PERSONAS. ¿Qué responsable de recursos humanos no ha afirmado alguna vez esto? ¿Quién no se ha dejado llevar por la poesía de esta afirmación y ha aceptado, de manera indiscutible, que las personas somos lo más importante de nuestra organización? ¿Qué gerente o director general de una institución no ha reconocido ante su auditorio, tras hacer un desarrollo más o menos extenso de los indicadores financieros y las perspectivas de futuro de su empresa, que, pese a todo, lo más importante son las personas que la integran? ¿Y qué trabajador, empleado o directivo no se ha dejado llevar, en algún momento, de la fascinación que envuelve esta oración y, arrastrado por ella y envuelto en cierto éxtasis, se ha entregado entusiasmadamente a respaldar e incluso a mostrar su cariño a los más cercanos?

Y sin duda algo o mucho de verdad hay en esta afirmación. Sin personas nada tiene sentido. Sin alguien que gestione la organización y sin alguien que se beneficie de sus resultados, el sistema de trabajo carece de lógica alguna. ¿Para qué trabajar si no hay nadie que se beneficie de ello? ¿Para qué fabricar si nadie produce y nadie compra?

Pero también es justo reconocer que, cuando llegan las crisis, muchas organizaciones no tienen recato en anunciar y aplicar, sin misericordia y con rapidez, planes y medidas contundentes de reducción de costes comenzando con los empleos y, con ello, con las personas. Y, por qué no decirlo, en otras ocasiones, estas mismas personas son víctimas de situaciones de clara injusticia.

¿A dónde van esas personas _ldquo prescindibles_rdquo ? Engordan las listas de la historia de la organización y, con suerte, encuentran acomodo en otras organizaciones o sufren las consecuencias de un mayor o menor periodo de inactividad laboral, a veces, por desgracia, definitivo.
Pongamos algunos casos que ilustren esta paradoja.

a) En Andalucía, una de las regiones de España con mayor porcentaje de desempleo, a raíz de la detección de ciertos casos de tramitación irregular, se ha abierto un debate sobre si deben o no atenderse con fondos públicos las situaciones de crisis de las empresas privadas y públicas, como se venía haciendo. ¿El debate se centra en la situación de las personas afectadas o en la gestión eficiente de los fondos públicos? ¿Personas o dinero?

b) Otro ejemplo. En unas declaraciones publicadas hace tres años, Paul Evans, Catedrático de Recursos Humanos y Desarrollo de las Organizaciones en la Escuela de Negocios francesa INSEAD Business School, interrogado sobre cuál era el mayor problema que tienen las compañías en su gestión de recursos humanos, precisó que la cuestión que más preocupa en todo el mundo es la atracción y retención del talento. Sin dudar de este diagnóstico, ¿qué hacen nuestras organizaciones y, en concreto, las que personalmente más conocemos para resolver esta cuestión? ¿Cuál es la política que siguen nuestras organizaciones en este campo? ¿Hay política? ¿La conocemos? ¿La sentimos? ¿La compartimos?

c) Más ejemplos. El último informe de la OCDE sobre _ldquo La sociedad de un vistazo_rdquo hecho público en el pasado mes de abril, reveló que los trabajadores de México eran los terceros de entre los países de la OCDE que más horas dedican al día al trabajo remunerado o al estudio (342 minutos diarios), sólo precedidos de japoneses (376 minutos) y surcoreanos (348 minutos) y, además, encabezan la clasificación de los que más tiempo dedican a trabajos no remunerados (253 minutos al día). ¿Qué correspondencia existe entre estos hechos y la consideración que se tiene a las personas que trabajan en una organización? Los trabajadores mexicanos ¿son los más entregados a su trabajo, los mejores valorados, los más satisfechos, los más estables en el empleo? ¿A qué obedece esta diferenciación?

d) Por último, por terminar con los ejemplos, ¿por qué ha aumentado el número de personas que buscan las oportunidades de trabajo cada vez más lejos de su lugar de nacimiento o de residencia? ¿Es una consecuencia de las mejora de las comunicaciones y de la globalización? ¿De qué manera influye el peso que se otorga en cada país a la protección de las personas? Los datos en España en el último año revelan que ha aumentado en un 8,2l número de españoles que viven fuera del país, alcanzando la cifra de 1.702.778 personas. ¿A qué puede obedecer?

¿Las personas son lo más importante? ¿Qué factores influyen en nuestra satisfacción y consideración? ¿Qué estrategias deberían adoptarse, a nuestro juicio, para que esto sea realidad, si es que no lo es? Y en nuestro entorno, ¿qué ejemplos conocemos en los que los que las personas se han convertido en lo más importante?


Queridos/as tejedores os invitamos a enredaros y compartir vuestras experiencias y pensamientos con los restantes miembros de la red.


Un abrazo a todos/as


Daisy Alvarado Ruiz
Cordinadora red de RRHH


José Antonio Camacho
Coordinador Adjunto Red RRHH.

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